BLOG SOBRE FOTOGRAFÍA DE MIKEL BILBAO GOROSTIAGA

"Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje."
Henry Cartier-Bresson

lunes, 1 de agosto de 2011

EL VERANO FOTOGRÁFICO

Una de las ventajas de disfrutar con la fotografía de la naturaleza es que el humor con el que uno se levanta por las mañanas es independiente del tiempo atmosférico. Al menos en mi caso.
Me explico: una vez instalado el verano y llegadas las vacaciones, el personal parece responder a una ley matemática por la que tiempo soleado y alegría son directamente proporcionales. Cuando Lorenzo brilla la gente sonríe. Cuando las nubes aparecen la peña languidece y arruga el morro.
Ya,...no hace falta ser Einstein para plantear la ecuación, pero quizás si para resolverla, porque en el cantábrico, como ya deberiamos saber, el factor tiempo es casi siempre (y en el mejor de los casos) una incognita dificil de calcular.





Y para ejemplo este julio que acaba de abandonarnos. Ha sido de libro. Agua para hartar, nubes en un cielo gris, bajas temperaturas....el cantábrico al menos ha estado disfrazado de noviembre.

Lejos de ser un fastidio, para mi este tiempo es sinónimo de oportunidades fotográficas. El verano me resulta  la época más insulsa para salir al campo con la cámara. Tienes tus oportunidades, claro, pero en general los ríachuelos están muy secos, la fauna se hace menos evidente, el suelo está reseco, el cielo es monotonamente azul....




Dificil competir con los colores otoñales, con la explosión floral de la primavera o los dramáticos cielos de las tormentas invernales. Y además, lo reconozco,... en verano me cuesta un pelín madrugar tanto para intentar atrapar las mejores luces del día. A veces aprovecho estas largas jornadas para descansar la espalda y buscar localizaciones.




 Asi que cuando a comienzos de la pasada semana me acerque al Parque Natural de Saja, en Cantabria, con el cielo preñado de nubes y después de estar lloviendo varios días, iba yo más contento que McGyver a un desguace.
Algunos de los secretos rincones de estas montañas por los que tengo tanta querencia prometian buenas sorpresas. Y así fue: caudales renovados, vegetación reverdecida, y para mi asombro kilómetros de caminos y senderos sin encontrarme con nadie. En fin, una delicia de la que os dejo aqui una pequeña muestra.

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