BLOG SOBRE FOTOGRAFÍA DE MIKEL BILBAO GOROSTIAGA

"Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje."
Henry Cartier-Bresson

domingo, 6 de noviembre de 2011

LUCES DEL OTOÑO

 El pasado jueves me acerqué hasta el hayedo del Monumento Natural del Monte Santiago, junto a la ciudad de Orduña, y en el límite entre las provincias de Alava y Burgos (o entre el País Vasco y Castilla-León, como querais) para echarle un vistazo al bosque y ver cómo marchaba el otoño. A las 7.30 me montaba en el coche y una hora más tarde aproximadamente enfilaba las últimas curvas  del puerto de Orduña en cuya cima se sitúa el bosque. Es un lugar muy conocido porque allí está el nacimiento del Nervión, un espectacular salto de agua de 270 metros de altura.
60 minutos escasos para llegar desde la desembocadura del río hasta su origen.




La cascada estaba totalmente seca (como ya me imaginaba), pero el bosque, aunque a falta también de  una buena dosis de humedad, lucía una buena gama de la paleta de colores que suelen adornar los hayedos a estas alturas del año.
El día estaba inquieto, y entre rachas de viento fuerte el cielo plomizo se alternaba con amplios claros que hacían brillar el sol y cambiaban radicalmente el aspecto del bosque y de los árboles, llenándolos de luz y encendiendo las hojas,.... para apagarse de nuevo con la llegada de un nuevo frente de nubes grises y amenazantes.
 



La lluvia también hizo su aparición, a ratos con fuerza, y empapó el ambiente, aumentando los brillos en cortezas y hojarascas, y dando un poco de tregua a musgos y hongos.
A mi llegada al lugar me encontré con un fotógrafo gallego que se había acercado hasta el Monte Santigo camino del Pirineo desde La Coruña, y estuvimos unos 20 minutos confraternizando y charlando de lo nuestro mientras esperábamos que el primer aguacero escampara.





 Las seis siguientes horas las pasé emboscado, en absoluta soledad y disfrutando como un niño. Buscando detalles, luces, texturas y composiciones. Intentando encontrar unas briznas de orden en el hermoso caos de colores y luces que es el interior de un bosque caducifolio en otoño.

 



Sobre las 3 de la tarde el estómago comenzó a pedirme que le prestara un poco de atención de manera que regresé hasta el coche dispuesto a dar buena cuenta de unas merecidas viandas y un rato de reposo. Pero, como a menudo me ocurre, el camino de regreso se convirtió en en una sucesión de paradas en diferentes puntos del bosque, a medida que iba descubriendo unos hongos sobre un tronco muerto, una sugerente composición de troncos muertos cubiertos de musgo o una preciosa luz filtrada a traves del dosel del bosque. En fin,...que el hambre tuvo que esperar aún un buen rato ante el espectáculo que tenía delante.

Supongo que hoy el bosque estará bien diferente. Después de un atípico comienzo de otoño (que más parecía una prolongación del verano) no ha dejado de llover con fuerza desde el viernes por la tarde. Ya era hora.  






Puedes ver más fotos mías de bosques AQUÍ

1 comentario:

Joan Ramon Noguer dijo...

Hola Mikel, buen reportaje otoñal nos muestras, con tu permiso te voy a seguir. Si quiere puedes pasar por mi blog www.jrnoguer.blogspot.com

Un cordial saludo